martes, 7 de septiembre de 2010

VECINDARIO MOCANO

Por: George Díaz  (Punco)

Nos remontamos en la ocasión a la esquina formada
por las calles Imbert y Mella. Ahí, tenemos  que recordar
la vivienda de un Sindo Estevez, personaje  de una
familia que incluye, entre otros, a su hermano, el gran
mocano, de relieve nacional e internacional por su
composición "Sortilegio" y que también es conocida por
"Todo Me Gusta de Ti", el músico trompetista Cuto
Estevez. Un hogar que por descendencia musical prolijó
a otros, como son Gola y Chicho, ejecutantes de similar
instrumento de su ascendencia familiar.
La etapa artística de Cuto , requiere espacio aparte.
Vecino por la Mella, el hogar de la familia Canó, que fuera
escenario de fiestas bailables con el sonido de los radios
pic-kup de la época. Las hermanas Ana y Dulce eran
vérsatiles bailadoras, que cualquiera no se atrevía desafiar
en ritmo y gracia. Con Dulce nos tocó llamar la atención
en pareja al bailar en la famosa "Piscina" los tiempos del
Twist .
Al frente estaba la morada de los Frías. Don Siso, una
imagen de honorabilidad siendo mensajero de valores  de
dinero de entidades y familias mocanas, que eran llevados
a la ciudad de Santiago (Moca no contaba con oficinas
bancarias) utilizando al también no menos honesto Angel
Reinoso en el vehículo de transporte público de éste, el
progenitor de los amigos de infancia Juan, Jorge y Marinito..
Con sus hijos Héctor, Lidia y Fausto, don Siso formó una
familia incuestionable de orden moral.
Ahora por la calle Imbert, tengo que recordar el hogar de
doña Lola; dama afable y cariñosa y que enfrentara con
estoícismo las dificultades y limitaciones de madre humilde
para respaldar la educación de su único hijo: José Rafael
Lantigua.
En pocas palabras, Lola es posible, nunca imaginase  que
con sencilla labor de costurera, su vástago, al momento
presente sea el Ministro de la Cultura de la Nación.
Contiguo al anterior, quedaba el hogar de la familia Guzmán/
Bencosme (Tomás y Marola), que procreasen a Tomasito,
Carmensita, José Luís, Quintinito, María "Mai" Esther y Dulce
María. La hermana de don Tomás (Celiné) tuvo una crianza
similar a los anteriores.
Celiné muy joven contrajo matrimonio con el reconocido
Frank Cabrera (hacendado) y por su parte Carmensita se
enlanzó con Dominguito Peña (hijo del comerciante Moro) y
a los cuales pude visitar años atrás en su residencia de la
ciudad de San Cristobal, donde permanecen hace ya un
largo tiempo.
En cuanto a "Mai", siendo muy atractiva por cierto, deslumbró
al inolvidable amigo Rafael "Pusungo" Cabrera y con ello diera
pié a un fugaz noviazgo entre ambos.
Dato interesante: Tomasito, José Luís y Quintinito intentaron ser
sacerdotes católicos, pero por diferentes circunstancias tuvieron
que abandonar tal propósito.
En ese lado de la calle Imbert y la esquina Angel Morales, estuvo
la vivienda donde ví por vez primera a una graciosa joven, que
me presentara Delfín Antonio Cayetano Castillo Martínez. Era
estudiante de piano con fines de hacerse concertísta, lo cual pudo
cristalizar después y es Catana Pérez de Cuello, y hoy es figura
de relevancia en el mundo del arte y la cultura del país.
Dando un "pasito pa'atrás" (al estilo de Don José el de Moca), al
frente del hogar de Tomás y doña Marola, emerge el integrado por
el simpático Luís Pérez y la no menos agradable doña Teresa.
!Qué pareja tan atenta!
Por eso, Rafael Espinal, Bernaldo de la Cruz y yo !Anjá!, tuvimos
la suerte de ser esplendorosamente bien acogidos  con todas las
atenciones que  ellos  nos proporcionaron en las frecuentes visitas
que les hicierámos a su dulce hogar.
Sus hijos Carolina, Teresita y Tony (ya ido), pudimos compartir  por
igual una relación amistosa estupenda. Carolina se casó con el
amigo Danilo Bencosme y en mi último viaje al país, en la ciudad de
Santiago pude conocer a una hija de ellos, que labora en una oficina
bancaria  y me tratase con la deferencia muy común y al estilo de su
ascendencia familiar.
!Qué bueno es ser mocano!

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